Para practicar en un casa están genial, nunca he tenido una queja de un vecino. Quizás haya sido suerte o por otros factores, pero el caso es que a mí me han servido.
Tienen la pega de que a veces los pads no se quedan en su sitio (las ventosas del pad del bombo no aguantan mucho, y los otros a veces se salen del sitio). Además, quizás sean algo caros para la función que cumplen, y si te planteas comprarlos junto con una batería nueva, quizás te compense más una electrónica.