Este micrófono fue con el que me inicié en el mundo de la grabación.
Tras leer muchísimas evaluaciones, decidí comprar mi primer micrófono de condensador. Tenía mucho miedo ya que vi que solían funcionar con una "alimentación fantasma" de 48V, por lo que vi este por USB y fue bastante cómodo a la hora de iniciarme en mis primeras grabaciones.
Al ir por USB, funciona como una tarjeta de sonido integrada, por lo que a veces es complicado configurarlo para usar en determinadas DAW o con determinadas tarjetas de sonido, ya que al trabajar como tarjeta independiente, es complicado trabajar con la señal de salida.
Mis necesidades se basaban en la composición, por lo que necesitaba monitorizar la señal y, a falta de salida de audio por XLR para poder enchufarla a la mesa de mezclas, acabé comprando el micrófono de misma gama de la misma marca, del cual no me arrepiento.
El micrófono es ideal si sueles grabar algún vídeo tocando o quieres recoger alguna pieza de audio para, posteriormente, incluir el audio en cualquier programa de edición de forma esporádica, ya que también se solía apreciar bastante ruido de fondo.