Echemos un vistazo primero los efectos: Uno se puede imaginar un efecto Plugin como un pedal de efectos de guitarra: Previamente se ha de enviar una señal de audio antes de que se puede extraer "procesada". De modo que, para ello, se debe cargar o insertar el efecto Plugin en una pista de audio que contiene una grabación (en inglés „insert“), por eso también se habla de efectos de inserción.
Muchos usuarios a menudo deciden adquirir ecualizadores o compresores adicionales para simular los antiguos y "caros" dispositivos o procesadores de hardware. Los Plugins que vienen con el DAW por norma general ofrecen un sonido neutral y, con ello, tienden a resultar más bien flexibles y menos "especiales".
Los efectos de audio se pueden insertar directamente en una pista de audio. Sin embargo, esto implica que el efecto solo se puede usar en esta pista. Dado que se puede abrir un Plugin con la frecuencia que uno desee, es posible simplemente usarlo de nuevo en la siguiente pista, siempre que los recursos del ordenador sean suficientes. Por medio de la combinación de diferentes efectos Plugin, se pueden generar sonidos realmente muy personalizados.
Alternativamente se puede recurrir al uso de una pista de retorno: desde un regulador Send se asegura que todas las pistas se beneficien del efecto proporcionalmente. Es típico hacer esto con efectos de reverberación y Delays, no solo por motivos de sonido, sino también porque ahorra recursos. El principio básico recuerda mucho a los viejos tiempos del Recording con las grandes consolas y mucho hardware extra. Prácticamente todos los DAW tienen su mezclador "virtual" orientado a esto. La regla básica rige: una grabación = una pista. Después se pueden aplicar por pista toda serie de Plugins, es decir, efectos, hasta que el ordenador agote todas las reservas de energía.