4. Tipos de construcción

El tradicional cajón afro-peruano, brinda el fundamento básico de la forma del cajón tal y como se ha hecho popular en Europa. Su construcción es simple y no incorpora ningún mecanismo de Snare (caja). El efecto crujiente similar el de la bordonera de una caja con sonido a madera se consigue únicamente gracias a una ranura entre la superficie de bateo y el cuerpo enfocada hacia el canto superior, cuando tras el golpe se encuentran madera con madera.

La superficie en el cajón peruano es principalmente rectangular, de manera que es algo más ancho que profundo. Como medida estándar rigen los aproximadamente 50 x 30 x 25 centímetros (alto x ancho x profundo).
Es característico su sonido a madera, claro y voluminoso.

Cajón tradicional afro-peruano sin mecanismo de bordonera

Los cajones de flamenco son descendientes directos de los cajones afro-peruanos, y marcan la construcción más popular de nuestro país. A diferencia de sus antecesores latinoamericanos, disponen en el interior de la cara batiente de un sistema de bordonera, que en principio se compone de cuerdas de guitarra, aunque también pueden llevar un tipo de sonajas adicionalmente llevadas al cuerpo. La superficie en esta variante es casi cuadrada. La medida de la mayoría de los cajones flamencos actuales está en aproximadamente 50 x 30 x 30 centímetros (alto x ancho x profundo). Su sonido, a causa del efecto caja, es algo más seco y agresivo que el de los cajones afro-peruanos.
En los cajones modernos encontramos actualmente también otros mecanismos de bordonera. Muy extendidos dentro del sector de los bateristas son los cajones Snare con bordonera de construcción similar a las que montan las cajas de batería y que se encuentran en contacto con la superficie batiente del cajón en la cara interior.

Cajón flamenco español con mecanismo de bordonera

Según el mecanismo de bordonera que montan los cajones a menudo se distingue entre cajones de cuerda (String) y cajones Snare (caja). En comparación directa los cajones String o de cuerda ofrecen una respuesta de las cuerdas algo más sensible y con más posibilidades de filigrana, la mayoría también se pueden ajustar. Pero son algo más laboriosos de fabricar y con ello por norma general cuestan más que los cajones Snare. La mayor parte de estos últimos no se pueden ajustar, aunque a menudo sí tienen la opción de girar o retirar por completo la bordonera, de forma que en un momento obtenemos un sonido más cercano al del cajón tradicional afro-peruano.

La bordonera en espiral de un cajón Snare, que también se puede desactivar en parte.

A consecuencia de la constante evolución que especialmente en los últimos años ha experimentado el cajón, han aparecido nuevos mecanismos de bordonera. Se acoplan parcialmente cuerdas y espirales directamente en la cara posterior de la superficie batiente, o se incorporan piezas modulares constituyendo una completa unidad con el cajón y también pueden retirarse de nuevo a voluntad.

Módulos desmontables de Snare de la firma Schlagwerk

Algunos cajones también llevan integrado un mecanismo elevador con función similar a los de las cajas de batería, de manera que se puede ajustar la tensión de la bordonera desde el exterior.

Los cajones cubanos, que allí se les llama cajón de rumba cubana, de momento todavía no han calado de forma masiva en el gran mercado y su presencia es apenas testimonial.
El Bass-Cajon cubano, llamado Salidor, nos recuerda a su parentela afro-peruana, aunque es claramente más ancho y abierto en la base. Con la acción de inclinarse y reclinarse el músico influye sobre el Bass-Sound. Otros tipos de construcción son el Tres-Dos y el pequeño quinto, los dos con forma de conga de mediano tamaño, y ambos se colocan emplazados entre las piernas para tocarlos sobre la parte superior y el lateral. Todavía más pequeña es la llamada cajita, que precisamente tiene un tamaño similar al de las cajas de zapatos, y que se fijan en un soporte para tocarlas con baquetas.

Gracias a al inagotable espíritu de inventiva de los fabricantes de cajones, hay todavía una gran paleta de tipos de construcción. Algunos son plegables o presentan varias superficies de bateo, mientras que otros se pueden combinar formando una especia de cajón-batería, y otros se tocan colgados de la cintura o apoyados en el regazo.
Con todo ello tenemos también cajones de tamaños de pequeños a medianos que permiten ser tocados cómodamente por los niños.

Para los más ahorradores y con buenas manos para el bricolaje, existen también cajones para montar uno mismo. Uno recibe todos los materiales necesarios, y con un poco de maña y sin herramientas especiales puede montarlo, algo que finalmente permite también la personalización individual del acabado.

En los siguientes capítulos vamos a enfocarnos casi exclusivamente al cajón flamenco, que es la construcción más extendida entre nuestro entorno.

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