Cuando compre la dúlcima de Thomann no imaginé lo fácil que era de tocar y lo bien que sonaba. La caja de resonancia es de tabla y las clavijas son sencillamente preciosas. La gente se queda boquiabierta cuando la oye sonar.
Supongo que este instrumento en una gama superior sonará mucho mejor pero hay que valorar el precio, muy económico. De otro modo, si fuera una dúlcima de luthier, por ejemplo, jamás hubiera accedido a un instrumento tan atractivo.
Por poner alguna pega diré, que hay que cogerlo con cuidado ya que los orificios en forma de ese por los que sale el sonido hacen debíl esa zona de la tapa armónica y se podría quebrar.
Las cuerdas que trae de fábrica suena bien pero son de vida breve y perentoria.
La funda me parece excepcional.