3. Funcionamiento y técnicas de ejecución

¡Algo de espacio sí necesita!

Existen diferentes formas de construcción para el trombón. Sin embargo, queremos primero ocuparnos del más conocido de los diseños, el trombón de varas.

Desde una perspectiva básica puramente estructural, el trombón viene a ser un tubo largo y estirado. Este tubo gira dos veces 180 grados y luego se divide en dos partes en el medio. La primera parte representa al cuerpo que, dependiendo del diseño, puede contener una o dos válvulas además de una vara para la afinación, y termina con la campana o pabellón. La segunda parte es la vara de trombón en forma de U, que va encajada o atornillada a la primera parte del trombón en un extremo, y en cuyo segundo extremo se inserta la boquilla. Este tubo del trombón es acoplado al otro tubo de tal forma que permite la movilidad entre los tubos exterior e interior, y se mantiene unido por dos barras transversales.

Un trombón se puede tocar sentado o de pie. Para ello el instrumento se coloca sobre el hombro izquierdo y se sostiene con la mano izquierda sobre el travesaño superior. Con los dedos de la mano derecha, el tubo se lleva a la barra transversal inferior.

Deslizando la vara se produce una variación de la longitud del instrumento y, con ello, también de la altura tonal. Para poder tocar una escala con todos sus tonos y semitonos, necesitamos además de la nota fundamental, donde la vara se mantiene inmóvil o cerrada, otras 6 posiciones. Esta función se puede comparar con la acción de las válvulas o pistones en otros instrumentos de metal. Estas posiciones de deslizamiento se pueden calcular a través la longitud del tubo, aunque en la práctica, el estudiante de trombón recibe algunas pistas para determinar las posiciones de deslizamiento. El tercer deslizamiento de vara es p. ej. aproximadamente a la altura de la corona, el 4° se vuelve a colocar unos 10 cm más abajo, etc. Posteriormente, se realiza un control preciso de las posiciones individuales de los deslizamientos mediante el oído o el afinador.

Debido a que la longitud estructural del instrumento viene dada por su afinación fundamental, se precisa un brazo correspondientemente largo y algo de espacio para alcanzar las posiciones de deslizamiento más profundas. Por supuesto, existen formas de construcción alternativas que también permiten a los niños y jóvenes tocar el trombón.

Al igual que con todos los instrumentos de viento metal, para producir el sonido se requiere al cuerpo humano como generador de las vibraciones necesarias. El sonido es generado por la vibración de los labios en la copa de la boquilla utilizada y el aire que se sopla al mismo tiempo. Este se amplifica y se hace sonar con el instrumento, al que utiliza como cuerpo de resonancia. La velocidad de la vibración del labio determina el tono y el flujo de aire determina el volumen.

Por su construcción, el trombón es el único instrumento de viento metal que permite un cambio de tono continuo. Aquí se pueden crear efectos como el glissando de uso frecuente, en el que la vara se desplaza de una posición a otra sin interrumpir el flujo del sonido.

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