8. Mezcladores digitales

Fundamentos:

Los mezcladores digitales existen desde ya hace algunos años. Cualquiera que se encuentre actualmente ante una decisión de compra también debería considerar esta opción, aunque, naturalmente, es de esperar un precio de compra más elevado. Digital quiere decir inequívocamente asignable, y deriva de la palabra latina digitus, que significa dedo. En la vida cotidiana, un dedo así puede llegar a ser increíblemente claro. Pero volvamos a nuestro tema. Lo que en los mezcladores analizados hasta ahora es una señal discreta, es decir, una curva analógica con un número infinito de valores posibles, aquí es una señal concretamente definida. Cuando el valor alcanza un cierto nivel, se reconoce como el siguiente nivel.

En realidad, la calidad de la señal digital se mantiene siempre igual. A diferencia de los dispositivos analógicos, donde el flujo de la señal se ve influenciado en cada punto de la mesa de mezclas, desde el amplificador de entrada hasta el amplificador de salida, en los dispositivos digitales el convertidor digital, el modelo de cálculo interno y su velocidad tienen una importancia decisiva. Naturalmente, en parte existen enormes diferencias de calidad. Los valores más importantes son la resolución y la rasterización temporal. El valor de la resolución se llama bitrate o tasa de bits (16, 20, 24 bits). La rasterización temporal se denomina frecuencia de muestreo (44, 48, 96 kHz). Cuanto más rápido muestreo algo y cuanto más fina sea la resolución, más me acerco a la señal original (que corresponde a la curva analógica). En pura teoría se establecen aquí unos límites, por lo que nunca se podrá igualar exactamente el original, aunque esta área realmente es más bien algo para físicos.

Conversión de una señal analógica (azul) a digital (roja), muestreo durante un tiempo t (línea discontinua)

Dentro del flujo de señal digital, nuestra señal es tratada como en un ordenador. Los algoritmos almacenados influyen en el enrutamiento, los niveles, el sonido y las propiedades dinámicas. El control se basa en elementos de control analógicos, como faders y perillas, pero también se puede guardar o controlar de forma remota a través de un ordenador.

Precisamente aquí reside la ventaja decisiva de las mesas de mezclas digitales. Todos los ajustes se pueden guardar y volver a reproducir. Dependiendo de la potencia de cómputo, para cada canal son posibles innumerables procesamientos de Dynamics y efectos. Los elementos de control se pueden asignar varias veces. Los parámetros individuales se pueden editar en los menús. Las mesas de mezclas digitales modernas tienen una arquitectura abierta y pueden ampliarse en potencia de computación con tarjetas de expansión o actualizarse con updates de software. El número de entradas y salidas se puede ampliar utilizando tarjetas de E/S opcionales con conexiones digitales o analógicas.

Las señales digitales también se pueden transmitir con menor predisposición a interferencias. La tendencia es hacia la transmisión digital Multicore de todos los canales de audio individuales a través de un cable multinúcleo desde el escenario hasta el PA. Las señales analógicas de los micrófonos e instrumentos del escenario ya están digitalizadas en la caja del escenario. Desde allí, sólo un fino cable digital conduce al mezclador de monitores, al PA o a la consola de grabación. La señal sólo necesita digitalizarse una vez y luego puede procesarse directamente en el mezclador. Las grabaciones permanecen almacenadas en formato digital.

La mayoría de las veces tendremos que devolver la señal mezclada del nivel digital al nivel analógico, ya que al menos los altavoces aún conservan la buena vieja membrana de cartón. Sí o sí, nuestra señal debe convertirse al menos dos veces y esto puede provocar una pérdida audible de calidad con el uso de convertidores menos buenos.

La Mackie DXB 200 trabaja con plataforma de sistema Windows XP que se maneja a través de dos pantallas táctiles de 15"

Funcionamiento práctico y método de trabajo:

En mi opinión, aquí es donde residen las mayores diferencias entre las mesas de mezclas analógicas y digitales.

La persona que está a los mandos de la mesa va a necesitar algo de tiempo hasta acostumbrarse a que no todos los parámetros de una consola digital se encuentran a mano en forma de perillas. En la mayoría de los casos, primero se debe llamar a un canal o subgrupo y luego se puede ajustar cada parámetro mediante un elemento de control o una ventana de control (por ejemplo, una ruta de envío de efectos). Esto tiene el inconveniente de que requiere un cierto tiempo, y la ventaja de que las dimensiones del mezclador se reducen. Algo especialmente importante para el uso en el estudio, ya que la laboriosa búsqueda de ajustes no sería aceptable en directo. El factor peso y dimensiones también suma puntos en directo. Con un poco de práctica y la consola digital adecuada, uno también puede estar bien equipado con una mesa digital en vivo. Gracias a los efectos y Dynamics integrados, a menudo se ahorra el Siderack en el PA. Un Multicore digital es incomparablemente más ligero, y el cableado y la configuración se solventan más rápido.

Sin embargo, veo la cuestión de la seguridad operativa como un arme de dos filos. Gracias a las diversas opciones de enrutamiento, las mesas de mezclas analógicas ofrecen en caso de imprevistos el funcionamiento a través de un canal no utilizado, o una salida de grabación o subgrupo. Si falla una consola digital, toda la mesa suele quedar inutilizable. Durante un concierto, la actuación podría tener un final precipitado, solo pensarlo ya resulta desagradable.

La ventaja fundamental imbatible de los mezcladores digitales es la capacidad de guardar y automatizar configuraciones y procesos. Aquí es donde estas consolas pueden desplegar plenamente sus ventajas. Quien alguna vez haya ajustado laboriosamente 32 canales y tenga que empezar todo de nuevo porque mientras tanto alguien ha modificado los ajustes, primero necesitará un buen vaso de cerveza y un cigarrillo ;-) Mejor es la posibilidad de guardarlo todo, y esto sólo funciona con mezcladores digitales. Los eventos con constantes cambios de artistas se pueden manejar mucho más fácilmente: todas las configuraciones de prueba de sonido se pueden guardar y acceder a ellas según sea necesario. La posibilidad de guardar también es una ventaja en el estudio. Cada sesión de grabación es reproducible, al menos en términos de tecnología.

Con todo ello, al que le guste dar los últimos retoques a un proceso de mezcla a mano (y no en el secuenciador), también le recomendamos una mezcladora de este tipo. Además uno puede ahorrarse un montón de líos de cables si la tarjeta de sonido y la mesa están conectados mediante cable óptico, por ejemplo.

En el ámbito de las mesas de mezclas digitales, la empresa Yamaha, por ejemplo, asume desde hace mucho tiempo el papel de pionera en tecnología. La versión actual de la consola 02R 96 representa una alternativa imaginable a una cara consola de estudio analógica para usuarios profesionales.

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