3. La acústica de sala – un aspecto a menudo infravalorado

Sin ninguna duda: El coro y la sala de grabación por supuesto son inseparables. Seguro que no vais a comenzar con coros de pescadores directamente al aire libre, donde la acústica por naturaleza apenas juega un papel. Es mucho más influyente la acústica de una sala, y forma junto con el coro una unidad sonora. Además debemos observar si la grabación va a tener lugar con o sin público. ¡Una iglesia moderna de tamaño mediana y plena de gente, con bancos de madera y techos más bien bajos tiene una reverberación completamente diferente que cuando se realizó el Soundcheck poco tiempo antes con la iglesia completamente vacía! Esto tiene una influencia inmediata en el óptimo posicionado de los micrófonos generales, porque con una reverberación más corta varía el radio de eco, que a su vez es un buen factor para determinar la distancia entre el micrófono y la fuente sonora.

Este determina la relación entre el volumen de la sala y la reverberación. Podemos calcular el radio de eco para cada situación nosotros mismos:

Formel für den Hallradius

Contemplemos la fórmula: El radio de reverberación en metros equivale aproximadamente a la raíz del cociente entre el volumen de sala y el tiempo de reverberación multiplicado por factor 0,057. ¡Dentro de este radio deben emplazarse los micrófonos generales! Si no es así, la influencia de onda difusa será muy grande, y la impresión sonora en la grabación muy „borrosa“.

En el sonido de la sala además juegan papel los factores „psicoacústicos“. Los cantantes menos experimentados necesitan cierta porción de sonido de sala para poder controlar mejor el tono. Naturalmente lo óptimo sería registrar en la sala de ensayo del coro, si esta posee una buena acústica. Esto significa una reverberación media, revestimientos de madera en lugar de cortinas, y paredes con poca reflexión (evitando cristal, cemento, etc). Aquí podríamos cazar dos pájaros de un tiro: El coro se encuentra en un entorno conocido y familiar, y debido a ello se siente cómodo (lo que conlleva normalmente mayor eficacia), y nosotros contamos con una sala nada indiferente donde eventualmente ni siquiera figura un director musical asignado. Pero si no tenemos acceso a estas beneficiosas condiciones (o no es lo que desean los músicos), entonces las iglesias pequeñas o medianas son suficientemente idóneas para buenas grabaciones.

No hay que olvidar el prestar atención también a la influencia del clima y los sistemas de calefacción, que pueden aportar un molesto zumbido de bajas frecuencias y que, de la misma forma que el ruido exterior del tráfico, podrían arruinar los registros.

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