3. ¡Un patrón para todos! La diferencia con las maderas.

A diferencia de los vientos de madera, las diferencias en la generación de sonido en los vientos de metal no es muy grande.

La forma básica general de la boquilla permanece. Se trata casi siempre de boquillas de copa o embudo desmontables.

Ninguno de los modelos son generadores de sonido, sino que transmiten el impulso de los labios que es aplicado por el músico. Diferente es por ejemplo en la flauta dulce, perteneciente a los vientos de madera, donde da lo mismo como se sople porque generará sonido de igual manera. En una boquilla de viento metal simplemente soplando solo se consigue que salga el aire por el otro extremo de la misma, quizás algo humedecido. ¡Maravilloso efecto! Los sonidos se forman con los labios y no con la combinación de boquilla, caña y aire como es el caso en el clarinete o el saxofón. Si no hay tensión en los labios esto significa: ningún sonido. Teóricamente y al contrario que con los instrumentos de viento madera, se podría dominar con un patrón toda una familia de instrumentos. El lema sería: Puedo con un modelo, puedo con todos. ¡Ya, como si eso fuera tan fácil!

Las siguientes reseñas acerca de las boquillas dividen los instrumentos de viento metal en tres grupos.

Al primer grupo pertenecen las trompetas y las cornetas. Los tamaños generales de los instrumentos y boquillas de estos dos representantes no difieren demasiado entre ellos. Por el contrario, las boquillas de los trombones, la trompa alto, la trompa tenor y barítona, el fiscorno y la tuba son en apariencia más grandes, aunque naturalmente la boquilla de la tuba se sale claramente del esquema. El tercer grupo lo forman el fiscorno y la trompa.

¿Pero por qué esta agrupación?

Un motivo es la división entre las boquillas de copa o embudo, pero a eso llegaremos enseguida.

Naturalmente hay otras posibilidades de clasificar, pero nos quedaremos de momento con ésta, porque por algún sitio hay que empezar.