7. La boquilla definitiva

Como hemos dejado claro al inicio de esta guía, no funciona lo de poseer la „boquilla definitiva“. Cada intérprete tiene sus propias exigencias y prioridades. Por tanto no queda otra opción y cada músico tiene que decidirse bajo su propio criterio. El primer servicio de atención ante las preguntas podría no obstante ser el profesor.

Quizás él tenga algún buen consejo, o incluso algún modelo que pueda prestar. De esta forma tendríamos al menos un punto de partida. Un principiante en sus inicios no fallará optando por alguna de las llamadas boquillas de estudiante. Pero también aquí un buen establecimiento especializado podrá ayudar. Muchos fabricantes de boquillas son tan corteses que incluso las indican en sus catálogos en los modelos más actuales.

De esta forma tenemos al menos una posibilidad de comenzar a filtrar.

A quién piense que una boquilla es suficiente para toda la vida, le diría que no tardará en cambiar de opinión.

No es nada infrecuente que el perfil de la boquilla soñada varíe tan pronto se incrementan las cualidades de interpretación. El principiante naturalmente utiliza una boquilla distinta a la del profesional. Inicialmente lo importante es simplemente llegar a extraer sonido del instrumento. Los demás aspectos relacionados con el sonido quedan en segundo plano. En los músicos más experimentados van tomando un papel más importante otros aspectos del sonido. Pero afortunadamente nadie firma un contrato de fidelidad con ninguna boquilla.

Sus personas de contacto