No es infrecuente que el bombo se escurra según pasa el concierto, anque a día de hoy, con unas patas de bombo decentes y una moqueta esto no s un problema.
Sin embargo no es así en baterías antiguas o de diseño antiguo donde las patas de bombo suelen tener la única función de evitar que éste ruede. Es aquí donde esta pieza entra en juego.
La construcción y el acabado es muy bueno, como en casi todas las piezas de gibraltar y cumple su función a la perfección.
La úinca pega es que en una batería Ludwig superclassic de los 60 los pinchos se hacen demasiado largos, con lo que las patas del bombo quedan colocados de una manera algo antiestética, pero cumpliendo sun función.