2. Introducción

Naturalmente que, en primera línea, un micrófono de voces para escenario debe sonar muy bien, o cuanto menos ser capaz de presentar las voces de manera que el público pueda apreciarlas como esperan: fuertes, llenas, presentes e inteligibles. Y por si esto fuera poco, un micrófono de escenario todavía tiene que dar algo más de sí mismo. Los micrófonos vocales de escenario están expuestos a caídas, a menudo son derribados de los pies de micrófono, algunos cantantes incluso los lanzan por los aires – y no siempre aciertan a volver a agarrarlos. Roger Daltrey, de The Who, estuvo a punto de sacarse un ojo con su SM58. A Frank Sinatra no se le ocurrió una idea mejor que poner a remojo su micrófono en un baso de whisky por capricho, para salpicar a su colega de escenario Dean Martin. A lo largo de su movida vida, un micrófono vocal de escenario se gana su lealtad a base de sangre, sudor y lágrimas, a menudo pasando del frío maletero del coche directamente a la húmeda y caliente atmósfera del club, donde muchas veces se le grita y atiza como a un pobre perro callejero.

Sänger

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