Cuando un instrumentista precisa salir del paso ante una actuación de tipo batucada, este instrumento resulta completamente ideal: bajo coste, resistencia al transporte... sin embargo, si lo que se trata es de medir la calidad del instrumento, no es de extrañar que sea tan barato. Supuestamente, el agogó debe estar afinado entre sus dos campanas en una cuarta, aproximadamente (al ser de altura indeterminada), pero en este no se cumple esta diferencia. Para un instrumento que va a recibir un trato específico de la batucada (condiciones climáticas al exterior, golpes excesivos, manipulación por parte de un no-profesional en ocasiones...) no es idóneo, dada su escasa resistencia. En resumen, ideal en la calidad-`precio si se va buscando salir, con más o menos acierto, del paso. Lo bueno hay que pagarlo.