La historia de un soldado americano, que desembarcó en Normandía con su trompeta, es deprimente a la par que esperanzadora. Una noche cuando iba a continuar con su ronda de vigilancia, su capitán le dijo: «Esta noche no toques. Hay un francotirador merodeando.». Acabó tocando de todas formas y lo que pasó a continuación es una historia que solo puede ser firmada por la música…
Un jovencito y su instrumento
Jack Leroy Tueller era un hombre normal. Su madre murió a los 29; su padre era alcoholico. Creció educado por su tía la cual le regaló una trompeta para su 13 cumpleaños. Tuvo la oportunidad de recibir consejos del gran Louis Armstrong durante una actuación en el Hotel Lake del parque Yellowstone. Cuando acabó el instituto se puso a estudiar música, pero se acabó enrolando en el ejercito para ser piloto. Empezó su entrenamiento a los 21 y de repente estaba en medio de la II Guerra Mundial.
La trompeta y el paracaídas siempre encima
La operación Overlord – el desembarco de los aliados en Normandía – sería su primera misión. Jack Leroy Tueller participó en unas 100 misiones con un P-47 Thunderbolt en Normandía en la lucha contra los alemanes. Tanto en tierra como en aire siempre iba acompañado de su particular trompeta junto a su paracaídas.
Una semana después del día D en junio de 1944, su escuadrón fue encargado de atacar a la división de tanques alemana. A medida que los pilotos se acercan ven que hay mujeres y niños franceses atados a los tanques. El ataque se aborta y de vuelta a la base el comandante ordena que abran fuego de todas formas.
Su mejor amiga, una trompeta
Tueller nunca se olvidará de esa experiencia. Le atormentaban las imágenes de lo que su metralleta del calibre 50 había hecho a todos aquellos civiles. Cada noche tocaba para sus camaradas canciones como «Danny Boy» y «Lili Marleen». Para el era un halo de luz, una manera de luchar contra el estrés y combatir el trauma. Al cabo de una semana tuvo una experiencia que le cambiaría el sentido.
War blown off
Le ordenaron que se encargase de la vigilancia durante esa noche; y el capitán le avisó de antemano que no tocase la trompeta esa noche ya que «hay un francotirador enemigo ahí fuera». Pero Jack pensó «seguro que está tan asustado y se siente tan solo como yo – le tocaré una canción». Y tocó una canción. A la mañana siguiente trajeron un prisionero de guerra al campamento. En seguida quedó claro que el francotirador vio a Jack pero no apretó el gatillo. Al llegar al campamento preguntó «¿Quién era el que estaba tocando Lili Marleen anoche? Cuando lo escuché fue como si la guerra se hubiese acabado para mi. No pude usar de nuevo mi rifle.»
Jack Leroy Tueller nos habla sobre el poder de la música en este vídeo. A veces la realidad supera la ficción…
https://vimeo.com/9761188
El Día-D – los Aliados liberan Europa
El 6 de junio de 1944, con el desembarco de los aliados en Normandía se firmó el principio del fin de la Segunda Guerra Mundial. Entre los aliados estaba el piloto americano Jack. Durante sus 95 años de vida, el «soldado de la trompeta» ha contado esta fascinante historia sobre el poder de conexión de la música en infinitas ocasiones. Murió en Utah el pasado 15 de agosto de 2016. Lili Marleen todavía suena a través de trompetistas de todo el mundo.
2 comentarios
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Pablo dice:
Historia conmovedora. En el párrafo después del día D. Rectificar la fecha. Habéis escrito el año 1994 en vez de 1944.
juanma dice:
Gracias Pablo, arreglado 🙂