
El uso del DMX de manera inalámbrica puede ser una ventaja según el tipo de evento en el que vamos a trabajar. Normalmente los eventos en los que consideramos el uso de DMX inalámbricos suelen ser medianos-pequeños. En los eventos de gran tamaño, en caso de necesitar DMX wireless, es necesario utilizar productos profesionales de alta calidad para evitar problemas. La comunicación wireless es comodísima a nivel práctico, pero el temor a las interferencias y ruidos está siempre acechando. Esto puede crearnos dudas a la hora de tomar una decisión y elegir inalámbrico o cableado para poder resolver problemas eventuales. Por eso hemos preparado esta pequeña guía práctica con las ventajas y desventajas de estos formatos.
Ventajas e inconvenientes de cable e inalámbrico
El sistema wireless te permite operar prácticamente con las manos libres desde cualquier posición respecto al escenario. Cuando los cables están exentos del sistema no hay riesgo de que se rompan o se doblen, debido a la longitud. Con este tipo de modelos inalámbricos no suele ser extraño guardar todo el equipo en un solo estuche, o como máximo dos. En cambio los modelos cableados, puede necesitar algo de espacio extra para cables debido al peso y volumen de los mismos. Sin cable no hay tropiezo.
La «susceptibilidad» del Wireless
La trasmisión wireless o Wi-Fi no se libra de las interferencias y desafortunadamente todavía no existe un sistema completamente blindado e infalible. El hecho de que la potencia de la señal oscile según una lógica «ilógica» no es cosa nueva (y es algo que nos encontramos en todos los dispositivos wireless). Una mejora considerable es que los dispositivos vengan equipados con modulación GFSK y/o «Automatic Frequency Hopping» – resumiendo: AFHSS. En el modo automático y en una fracción de segundo el dispositivo continua buscando la frecuencia de transmisión más potente y fiable. El problema, durante el directo, es que en caso de interferencias existe una fracción de segundo en la que el sistema volverá a conectarse, provocando un poco de retraso en las luces, sobretodo durante las actuaciones más notables.
Más vale prevenir que curar
Muy sencillo: la mayoría de dispositivos de iluminación – concretamente aquellos que se definen como «inteligentes» (como las cabezas móviles) – tienen la posibilidad de definir una operación secundaria con la que trabajar durante una interrupción de la señal DMX. La solución más sencilla es asignar las luces en modo manual como «medida de backup» a través de presets. Otra posibilidad es utilizar el dispositivo en modo sound-to-light, algo que recomendamos solo en los casos más críticos.
Transmisión segura
A través del uso de un rango de frecuencia «seguro» prevenimos la señal wireless. Mientras algunos transmisores de bajo coste prometen una transmisión moderadamente estable y un rango de cerca de 20 metros, otras herramientas más profesionales pueden llegar hasta los 700 metros y más. Hay que tener en cuenta esto y no restar importancia a la seguridad con especificaciones técnicas sencillas; si prometen 20 metros, trabaja con 8. Por otra parte cuanto más posibilidades hay de que haya una fuente que perturbe la señal, más posibilidades hay de que los resultados salgan relativamente como teniamos planeado. Ten en cuenta que la frecuencia típica de una red Wi-Fi (2.4GHz) puede viajar con un ordenador portátil y smartphone (presente en cualquier concierto hoy en día). ¡Se precavido y compra material de confianza!
El archienemigo por excelencia del DMX Wireless: la latencia.
La latencia, el enemigo más temido. Para los novatos: la latencia es el retraso en el envió del comando y la efectiva acción de parte de las luces. Si las luces fueran todas con retraso no tendríamos un gran problema. Lo que en realidad es un problema y llega tarde son los «packs de datos» que contribuyen al comportamiento anómalo de las mismas luces.
Un compromiso para la latencia
La latencia se puede reducir disminuyendo el número de canales de su transmisor y receptor. Por lo general se trabaja por bloques (reduciendo de 512 a 256 o 128 etc.). Cuanto menos canales, menos funciones pueden ser controladas con el DMX pero mayor será la velocidad de transmisión de los paquetes de datos.
Filtrar las funciones y optimizar el rendimiento
Un buen hábito es seleccionar el canal más bajo del DMX para garantizar la seguridad del sistema. Sí, habrá menos funciones disponibles (sobretodo para cabezas móviles etc.) pero todos los atributos de un dispositivo se pueden controlar usando el modo «canal alto». Hay que tener presente que el uso masivo de todos los canales DMX puede afectar al resultado final, sobre todo cuando hablamos de una gran cantidad de luces.
¿Qué necesitas para trabajar con DMX Wireless? ¿Coste?
El equipo básico es muy sencillo: consta de un transmisor y al menos un receptor. Con poco más de 100 euros puedes conseguir un receptor y un transmisor de buena calidad. Productos como el Eurolite QuickDMX (Ricevitore / Trasmettitore) es perfecto para ese DJ que busca un sistema compacto y sencillo de utilizar. Para utilizarlo sin muchos problemas en presencia de otros dispositivos wireless su frecuencia 2.4GHz (W-LAN, Bluetooth) utiliza el protocolo GFSK. Desplazamiento de la frecuencia que rinde el sistema menos susceptible a las interferencias y busca la mejor frecuencia.
Stairville ofrece, por unos 160€, un dispositivo (el WLS DMX) más complejo, con antena y alimentación. ADJ con la EXR Battery ofrece un dispositivo de unos 120€ que no necesita alimentación. El transmisor en este caso funciona con una batería y es compatible con todos los productos WiFly. El Ape Labs WAPE Wireless DMX es algo más caro, unos 300 €. ¿Pero qué ventajas tiene? Pues por ejemplo el hecho de ser un producto todo-en-uno, la programación sencilla o la libre asignación de canales DMX en la interfaz en el caso de Lightcans – funciones que normalmente no están disponibles en estos productos en cuestión. Funciona solo con sistemas Apple.
De cara a dispositivos más profesionales, tenemos que prestar atención a los productos de la casa Wireless Solution. La serie WhiteBox y la serie ProBox ofrecen productos dotados de transmisores compatibles con el universal DMX512, que cuenta con un repetidor integrado. El conocido BlackBox F1 G4 MK2, con un coste de 700 euro, se presenta como un producto profesional de una calidad excepcional. El transmisor ha sido diseñado para utilizarlo en interiores y soporta señales DMX y RDM así como otros protocolos de entrada Art-Net, sACN y ETC Net y protocolos de salida Ethernet y RS-485. Hace algún tiempo ya que podemos encontrar ya la versión G5 en el mercado. Los productos mencionados no son precisamente baratos, pero sí que son extremadamente fiables.
A menudo la gente se introduce en el campo del DMX Wireless con pocos conocimientos, y a la primera de cambios que se encuentran con un obstáculo y tienen un problema, aparcan todo el equipo en el backstage y le quitan el polvo al viejo sistema cableado. Tener un plan B es seguramente una de las claves fundamentales para poder trabajar sin problemas. La pregunta que abre este artículo (¿cable o wireless?) pierde un poco de sentido aquí ya que hay tanto pros como contras para ambos sistemas. Los problemas comentados anteriormente no tienen porqué surgir siempre. Con un cable te aseguras que no haya fallos, pero es mucho más complejo y lleva mucho más tiempo de instalación y trabajo.
#LightYourStage con los #ThomannLightingDays!
➡ Ver el artículo «Guía práctica de DMX – Vídeo tutorial»
➡ Ver el artículo «Material imprescindible para iluminar un escenario»
➡ Tour 360° de nuestro departamento de luces.
¿Qué prefieres para trabajar con DMX? ¿Cable o wireless?
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