Deseaba añadir a mi colección un producto exótico como la kalimba y ahora estoy en disposición de decir: buena, bonita y asequible.
La construcción es preciosa, el acabado de color satinado azul (no mate ni poro abierto) le da el suficiente agarre sin que resulte pegajoso. La cavidad circular central estaba perfectamente decorada y cortada, dejando ver la caja de resonancia en su color natural de madera. La presentación no podía ser mejor, una funda muy decente, un martillo afinador y un paño. Además, incluye stickers con las notas por si queremos decorar la kalimba o si no percibimos bien las que están serigrafiadas en las teclas.
El sonido es muy dulce, no es necesariamente sostenido en las teclas más altas y es más pronunciado y con mayor duración en las notas medias. Una gran ventaja es que las notas están ordenadas alfabéticamente y parten del centro en ambas direcciones en la escala de do mayor natural. Si bien no todas las notas están presentes y pueda dar la sensación de cierta limitación musical, el sonido meloso y alegre que da esta escala mayor es el idóneo y el que más podemos asociar a la kalimba y esta es su personalidad.
En definitiva, no se le puede pedir más salvo que queramos alguna filigrana más (opción con fonocaptor, alguna tecla más, opción de wah-wah...) y ni siquiera una kalimba integra todas estas prestaciones a la vez. El sustain no es el mayor, pero la nitidez está ahí. Tienes un instrumento clásico, exótico, precioso, ideal para iniciarte y entretenerte. No lo dudes y hazte con alguna de ellas.