Dejando al margen opciones de gusto tales como el tapizado, el color y el brillo de la madera (variantes todas al mismo precio), y limitándome a mis dos últimas opciones en vista, veo que acerté con este modelo.
En este rango de precios, el otro "finalista" era para mí el modelo Thomann KB-47BM, un poco más caro. Me hacía dudar su sistema de doble cruz. Pero ahora pienso que si vas a regularlo de una vez, o por mucho tiempo, para una sola persona de peso moderado, el modelo 45 es perfecto. Además, su estructura es muy fuerte, y queda muy firme una vez que le atornillaste las patas (ojo, no ajustar innecesariamente en exceso).
Me siento muy cómodo y seguro sentado en esta banqueta. Me olvido de ella mientras toco el piano. Además, cuando la veo al pasar caminando por ahí, o me acerco para sentarme a tocar, la veo hermosa, no solo por su tapizado de terciopelo, sino también porque su tono negro pulido coincide con el de mi magnífico piano digital Kawai MP7SE, que no merecía menos (venía usando una banqueta de tijera que crujía un poco y hacía ruido cuando desplazaba el tórax para ejecutar ciertos arpegios abiertos, jaja...).
Hay modelos más caros, y quizás objetivamente superiores en distintos aspectos; pero personalmente, yo no necesitaba más, y estoy muy satisfecho con esta adquisición.