Es un instrumento, que personalmente, me pareció muy muy muy difícil de aprender a utilizar. Sin embargo, el proceso de aprendizaje es divertidísimo.
Hasta que consigues que suene como debe, conseguirás hacer mil y un ruidos groseros y malsonantes.
Una vez dominada la técnica, cuando consigues que suene como debe sonar, resulta una experiencia bastante relajante. Se lo recomiendo a cualquier persona, sean músicos o no, porque merece la pena probarlo, y el precio es de risa.
Animaos a probarlo, porque seguro que no os vais a arrepentir de comprarlo. Quién sabe, dentro de unos meses a lo mejor se queda arrinconado en un armario, pero los primeros momentos con él van a ser muy divertidos.