Compré éste guitalele en lugar del clásico de Yamaha porque no quería gastarme tanto dinero y por temor a que mi hija pequeña lo destrozase a golpes.
El resultado: es un instrumento que se deja tocar, más difícil de afinar e inestable que el Yamaha guitalele, pero suficiente para tocar un poco y llevártelo de viaje.
Le costó coger la afinación en La unas semanas hasta que se estabilizó y las 3 primeras cuerdas empezando por abajo tienden a aflojarse al rato de tocar, pero esr normal. El diseño no es tan bonito, pero suficiente.
Volvería a comprarlo para el uso que le doy, pero recomiendo invertir algo más si se quiere tocar más y comprar el Yamaha u otro.