Esta abrazadera es, sin duda alguna, una compra genial. La compré porque oía hablar muy bien de ella, y, verdaderamente, lo merece. Mi abrazadera anterior es la Eddie Daniels, que, según tengo entendido, es la precursora de esta Versa. Me recomendaron inclinarme por alguna de metal, para tener donde elegir entre aquella y la Eddie Daniels, pero no me arrepiento para nada de haber "repetido".
La verdad es que no puedo comentar ningún defecto. Sujeta de maravilla, como cabe esperar. Tiene un precio bastante aceptable, en relación a los resultados que ofrece.
No me esperaba gran cosa de las seis supuestas opciones que ofrecen, pero he de admitir que me han sorprendido positivamente. Las dos pestañas, y la opción de quitarlas ambas, dan bastante variedad. Desde la pestaña que sujeta con más firmeza, hasta la ausencia de pestaña, que da mucha libertad a la caña, merece la pena probar las variantes (además, para una emergencia, se pueden quitar o poner pestañas para dar o quitar dureza a una caña). Sí que es cierto que yo cuento sólo tres de estas seis opciones: las tres opciones que sugieren cerrar los dobleces de la abrazadera por debajo de la pestaña (es difícil de explicar cómo son estos dobleces...) no me convencen para nada, ya que dan demasiada libertad a la caña. Pero esto puede ser algo positivo para los que os dediquéis a otros géneros como jazz o klezmer, o para los que, interpretando clásica, prefiráis tocar con cañas muy duras y necesitéis dejarlas algo más libres.