Muy ligero (pesa más la boquilla de metal que uso que el propio trombón) y bien acabado.
La vara funciona cada vez mejor cuanto más lo tocas y no hace falta ponerle grasa. Tiene un tacto diferente a una vara de metal y hace un poco de ruido, pero debido a su ligereza no cuesta moverla.
Viene con una gig bag un poco fina, así que hay que tener un poco de cuidado para no golpear el instrumento, pero como es resistente a golpes tampoco importa mucho.
Lo mejor: con una boquilla metálica suena como un trombón de metal, no como uno de plástico.
Lo peor: la boquilla de plástico que viene con el instrumento, es pequeña y no suena especialmente bien.