Lo primero es que está enfocado a la práctica en casa. Es versátil, ligero y muy configurable.
Me interesó por tres motivos. El primero es que tiene un cono de 10" y me pareció que tendría mejor respuesta (o más parecida al tono que quiero encontrar) que el resto de amplis de esta gama, con conos de 8" o más pequeños.
El segundo motivo es la presencia de tres bandas de ecualización (con medios incluídos, claro).
Y, por último, que tuviera bluetooth. Más que por poderlo manejar desde el smartphone o tablet, por poder disparar metrónomo y pistas en el propio ampli.
Hasta aquí, estoy más o menos convencido de haber hecho una buena compra. El diseño es bonito, el tamaño perfecto y la potencia, para un estudio casero, más que de sobra... por añadir algo.
El problema, porque he tenido problemas con el ampli recién salido de la caja, ha venido por la parte del software: Imposible actualizar el firmware.
Lo intenté con el teléfono y me enviaba a la página oficial de Marshall. Lo intenté con el ordenador (Macbook pro) y se me quedó congelado en el 97% de la actualización durante unas 3 horas. Y así, varios días en los que el amplificador quedó inservible, pues al no completarse la actualización se quedó bloqueado.
Hasta que se me ocurrió actualizarlo con un PC... y ¡magia! Solucionado el problema.
Así que, ahora dudo del soporte técnico de Marshall, del software que lleva el aparato y de si he hecho bien en quedármelo.
Del sonido no hablo porque hay opiniones de todo tipo y yo ando aún enfrascado en la búsqueda del mío: no quiero sonar a Pantera, Metallica o Gary Moore... pero me interesa saber cómo ellos obtienen su sonido para poder aplicarlo al mío y es ahí donde creo que este ampli puede ayudarme.