Hace lo que debe: probado con una guitarra con sistema midi Fishman Triple Play para conectarlo a un teclado Yamaha, funciona perfecto sin latencia perceptible.
Es pequeño, robusto (carcasa metálica) y ligero. Incluye cable y adaptador de corriente, pues precisa 5v para funcionar. Viene envuelto a prueba de bomba.
El único inconveniente es el precio. Para ser un aparato aparentemente tan simple, 125 euros parece caro. Claro que no hay alternativa más económica que haga lo mismo, y el mercado potencial es bastante reducido.
El precio le hace perder una estrella en el nivel de satisfacción general.