Mi primer pensamiento al conectarlo a la pedalera de una telecaster con un ampli marshall valvestate es, ¿donde has estado toda mi vida? recuerdo cuando estaba empezando con la guitarra que me desaconsejaron un compresor por ser fuente de ruidos y me decían que el sustain y el sonido eran todo y solo gracias a la calidad del instrumento, durante un tiempo lo creí, pero siempre andaba comprimiendo un poco mis grabaciones caseras y veía como en estudio era un paso obligado, tampoco contribuía mucho el haber probado otros compresores baratos en pedal y haber tenido mal resultado.
La sensación al enchufar el pedal por primera vez fue que el sonido se elevaba, no me dejé engañar por la falsa sensación de calidad que da el volumen y lo estuve probando bien calibrado, sin añadir ganancia, la diferencia del sonido es abismal y la calidad de construcción es impecable quizás un poco alargados los knobs pero sinceramente con semejante calidad de sonido ¿a quién le interesa la estética?. Como si fuera verde pistacho con los botones rojos. la respuesta de los controles es limpia y sin saltos, 100% analógica y bastante lineal, el tono es una herramienta imprescindible para alcanzar el sonido que queremos y el blend tiene la amplitud suficiente para ajustar desde un ligero refuerzo hasta una señal totalmente plana, irreal, pero inspiradora, tiene un control para seleccionar tipo de pastilla, está relacionado con el ataque (cuyo parametro no se ajusta de otro modo en este pedal) he de decir que funciona muy bien y de verdad es muy adecuado para seleccionar entre sigle coil y humbucker.
Reconozco que la versatilidad es tan amplia que aún no le sacado todo el partido pero justamente por ello no va a salir de la pedalera en muuucho tiempo, ya no se vivir sin el y puedo afirmar que ha cambiado mi forma de tocar, lo recomiendo a todo aquel que se encuentre estancado y quiera renovar su ilusión por el instrumento, y no, no exagero.