He probado el shorty durante 1 mes antes de escribir ésta valoración.
Primero lo evidente, la seguridad y confianza que transmite Thomann en cada una de sus ventas es superlativa. El instrumento fue entregado en perfectas condiciones, en el plazo acordado y con un embalaje más que sufuciente para protegerlo hasta la entrega.
Como siempre un 100 sobre 10 en la gestión de Thomann.
Ahora pasemos a valorar el instrumento.
La estupenda calidad de Höfner a un precio tan reducido como las dimensiones y peso del instrumento. Materiales y acabados muy cuidados. El hardware en perfectas condiciones, bien ajustado y sin holguras.
Con un peso de sólamente 3 Kg es el compañero ideal para cualquier desplazamiento, y las dimensiones tan reducidas de su cuerpo lo hacen ideal para tocar sentado incluso en una silla con reposabrazos. No digamos ya la experiencia de tocar de pié, la espalda no nota para nada la tensión habitual que generaría un bajo de dimensiones normales.
Es en el punto de tocar de pié quizá donde he encontrado una única pega. Al tener un peso y dimensiones reducidas, el centro de gravedad del intrumento varía del que tiene un bajo normal, lo que provoca que, al colgárselo con la correa, la pala tire de todo el instrumento haciá abajo intentando adoptar una posición horizontal, lo que hace que inconscientemente la mano derecha intente compensar el balanceo ejerciendo más peso sobre el cuerpo del instrumento y, si no se tiene cuidado, puede provocar que la correa deforme el anclaje inferior.
Hablemos del sonido. Cuenta con una única pastilla humbucker, lo que dota al instrumento de un sonido fuerte, con cuerpo y presencia. Luego jugando un poco con el potenciómetro y los controles del amplificador se le sacan bastantes tonos. Si pensáis que no estaría a la altura en un escenario, os equivocais, tiene un sonido muy bueno y seguro que más de uno lo miraría con asombro desde las primeras filas.
Ahora démosle una vuelta a lo que viene siendo el "unboxing". Lo primero que vamos a encontrar es la caja de habitual de Thomann con su embalaje de bolsas de aire en el interior. El bajo viene guardado en una funda de nylon acolchada de dimensiones tan reducidas como el propio instrumento, es genial, en serio, hasta que la abres no imaginas que dentro hay un bajo. En el bolsillo de la funda podremos encontrar un pequeño catálogo de Höfner, una llave allen para ajustar el alma (cosa que no me ha hecho falta) y un cable de conexión con codo a 90º, lo cual hace que sea casi imperceptible al tocar el instrumento.
Resumiendo, una relación calidad/precio buenísima. El bajo peso y sus dimensiones reducidas hacen que sea el compañero ideal de viaje, además de vencer la pereza que da a veces la idea de colgarse un bajo tradicional, cada vez que vuelvo a casa me siento aunque sea media hora a tocar por lo fácil y sencillo que resulta tenerlo siempre a mano.