Somos un dúo que tocamos en un restaurante y hemos utilizado altavoces pasivos HK de diferentes series pero, hace unos años, decidimos probar con altavoces autoamplificados de distintas marcas.
El tipo de música que hacemos varía desde pinchar música en plan Dj para el baile de una boda hasta tocar bossa nova con guitarra y saxo para amenizar las cenas en plan romántico.
Los altavoces autoamplificados que tenemos (LEM y FBT) son de carcasa de plástico y, si bien el sonido resulta aceptable cuando se pincha música a bastante volúmen, cuando hay que tocar en plan más fino el sonido resulta más bien frío y metálico.
Por eso hemos decidido volver a los altavoces tradicionales, pasivos y construidos en madera. No nos han decepcionado, aguantan bien la presión sonora de la música disco a la vez que permiten escuchar los matices de la música susurrada a bajo volúmen.
Si en la valoración por estrellas he puesto 4 estrellas en vez de 5 en cuanto a características es porque no poseo los conocimientos técnicos para opinar a ese respecto, no porque haya observado ningún inconveniente.
Los altavoces tienen un buen acabado y, si acaso se puede poner alguna pega, diría que al ponerlos sobre un soporte se puede elegir entre dos inclinaciones distintas pero no permite ponerlos rectos.