El violín tiene un color muy bonito (rojo cereza oscuro) y, en principio, suena bien con los auriculares. Las cuerdas son un poco malas y hubo que cambiarlas por unas Pirastro Tónica, para que la prima corda no cortase el puente (viene sin el macarrón). El arco es muy básico, y bastante malo, pero se puede tocar con cualquier otro arco (yo empleo el de mi violín acústico). La caja de las pilas y los comandos es de plástico muy simple. El acabado de la madera, clavijas y puente está muy logrado.
El estuche es muy barato. Tiene soporte para dos arcos. Su bolso delantero es lo suficientemente grande como para que te quepan, en el, las partituras. También cuenta con una trampilla interior bastante grande. El hueco para la almohadilla un poco justo de espacio (la mía entra a calzador). La manta, nada de otro mundo, de lo más simple. El terciopelo de dentro es bastante escaso y las correas de mochila son bastante cutres, habrá que ponerle otras.
La relación calidad precio es aceptable. No se pueden pedir peras al olmo por 118 €. Como sugerencia me gustaría indicarles que, para la próxima, no se olviden de poner la pila.
Veremos a ver cuando vaya practicando con el como me va y os cuento. Por ahora cumple mis expectativas.
Para la práctica es perfecto, con los auriculares, y encendido, lo oyes casi como si fuese un violín acústico y te concentras mejor en el sonido que es bastante bonito. Sin auriculares, y en modo off, suena como un acústico con sordina. Me falta probar con un amplificador.