Catalinbread Dirty Little Secret MKIII

El pedal hace lo que promete y reacciona tal y como lo haría un amplificador vintage.
Tiene dos modos, JCM-800 (Superlead) y JTM-45 (Superbass), ambos con su propia personalidad y dinámica característica.
En el primer modo, se consigue el típico sonido Marshall que tanto se busca y normalmente no se encuentra en un pedal, ni siquiera en los pedales de Marshall, con distorsiones crujientes y sedosas, llenas de medios y armónicos.
El segundo modo emula el típico ampli de Hendrix, el JTM-45, que curiosamente estaba basado en el circuito del Fender Bassman. Para mi gusto es el mejor de los dos modos, porque es un sonido muy difícil de conseguir. De hecho, está tan bien conseguido que supera incluso al amplificador original, con la posibilidad de alcanzar más ganancia que en el JTM-45, lo cual es muy interesante. Podéis comprobarlo en una comparativa que se encuentra en Youtube. Este modo funciona especialmente bien como base para fuzzes y wah-wahs, dándoles un carácter verdaderamente orgánico.
Ambos modos reaccionan tal y como lo haría un amplificador, debido a que no son emulaciones a base de transistores sino reproducciones prácticamente exactas de los circuitos originales con tecnología FET. Emulan a la perfección los armónicos y en gran medida la pegada de un stack de ocho 12", con las limitaciones físicas del amplificador y gabinete que lo reproduzca, evidentemente. Reaccionan muy bien al volume-cleaning (conseguir un sonido limpio, sin distorsión, sólo bajando el volumen de la guitarra) y al ataque de la púa, características propias de un buen amplificador de válvulas.
Los controles son claros, un ecualizador de tres bandas, ganancia y output, siendo este último control muy práctico para ser usado como atenuador de un ampli potente, por ejemplo un Deville, sin perder demasiados matices.
El interruptor para cambiar de modo Superlead a Superbass se encuentra dentro del pedal, un detalle muy poco práctico que se podría haber solventado de manera relativamente fácil. Dentro también se encuentra un control de presencia para adaptar la definición del pedal al sonido propio de nuestro amplificador.
El pedal esta construído en metal muy resistente, sin tacos para apoyarlo en el suelo, por lo que se deduce que Catalinbread da por hecho que irá directo a nuestro pedalboard.
En resumen, es un pedal magnífico que directamente debería estar prohibido por sonar más a Marshall que Marshall. Es casi pecado no casarlo con un ampli de válvulas con un canal limpio de categoría, por ejemplo un Hot Rod, aunque suena igualmente bien en un amplificador de transistores, dotando a éste de un carácter inusualmente vivo y valvulero.
Definitivamente vale la pena pagar lo que vale, más que nada si tienes un ampli Fender, puesto que con este pequeño tendrás lo mejor de los dos mundos.

Lo uso con mi ampli Fender blues deluxe y el booster The Prestige de JHS y suena de una manera mágica.

Los dos modos son geniales, pero el modo Bassman es sencillamente espectacular, podría tirar todos mis demás pedales y nunca me cansaría de usarlo.

Lo puedes combinar con un fuzz como el MK II 69 de Fulltone y te explota la cabeza o usarlo a pelo con un poco de Reverb del propio ampli, es impresionante.

El punto malo que le da la mayoría es el switch dentro de la carcasa, pero la verdad es que no suelo cambiar el modo casi nunca, cuando tanque que cambiarlo son solo 4 tornillos, con lo cual no importa demasiado.

Para mi 10 de 10.