Los AKG K-240 MKII son una pieza esencial de mi pequeño estudio. AKG no defrauda en lo que a calidad respecta. Se trata de una apuesta segura. El sonido es nítido y plano sin ningún tipo de color. Cabe mencionar que la respuesta plana es, lógicamente, positiva para aplicaciones de estudio pero puede no ser adecuada para otro tipo de aplicaciones. Vienen muy bien como referencia de escucha adicional. Se trata de unos auriculares semiabiertos muy robustos con almohadillas y cable intercambiables. El hecho de que sean semiabiertos hace que la escucha resulte muy cómoda y nada cansada. Sin embargo, al ser semiabiertos no sirven como auriculares para monitoreo durante una grabación ya que el audio se introduce por el micrófono. Para eso está disponible la versión cerrada AKG K-271 MKII que no voy a tardar en adquirir. La única pega que tienen, si es que se puede considerar una pega, es que tienen una impedancia de 55 Ohms lo que hace que generalmente el nivel sonoro sea más bajo que el de unos auriculares con mayor impedancia en igualdad de condiciones, aunque por otro lado, esto disminuye el estrés auditivo en periodos de uso prolongado. Digo generalmente porque no necesariamente esto es así. Es posible que unos auriculares con el mismo SPL tengan dos impedancias distintas o que dos auriculares con la misma impedancia tengan dos SPL distintos. Los recomiendo al 100%.