10 AÑOS DE MERRIWEATHER POST PAVILION, BAILAR CON EL CEREBRO
¿Te refieres al disco de la portada triposa?
Exacto. En la edad de lo efímero, pocas obras artísticas consiguen trascender lo más mínimo. Menos aún son las recordadas un año después de que fueran pergeñadas. Y ya ni hablemos de las que siguen manteniéndose en la memoria una década más tarde. Sí: prácticamente ninguna. Una de ellas es la que nos ocupa hoy, Merriweather Post Pavilion, el octavo álbum de Animal Collective. Para entenderlo todo, hay que tener en cuenta dos factores: a diferencia de otras bandas, los norteamericanos escriben canciones para salir de gira, y no para grabar (algo que hacen después, por supuesto), como hace la gran mayoría de bandas. Por otro lado, la creación de Merriweather Post Pavilion estuvo marcada por la decisión del hasta entonces guitarrista, Deakin, de tomarse un descanso. Habituados a hacer virtud de la necesidad, la banda decidió crear un álbum a partir de samplers, sin utilizar la guitarra por primera vez. De la mano del ecléctico productor Ben H. Allen, el (entonces) trío dio forma a un álbum majestuoso, accesible y complejo al mismo tiempo, ambicioso. Para algunos, agárrate, que esto son palabras mayores, Merriewather Post Pavilion designó a Animal Collective como los Beach Boys de nuestro tiempo. Suena gordo, ¿no?
¿Beach Boys con samplers?
Pues sí, por ahí van los tiros. Animal Collective se planteó la posibilidad de alcanzar la sublimación de las melodías a través de la tecnología del sampler. Esto viene a significar lo mismo que hace James Blake con ciertas reminiscencias del soul, por ejemplo: tratar de unir la tradición de la música popular con las posibilidades de las nuevas sonoridades. En este trayecto, hubo un dispositivo esencial. Un sampler sin el que, directamente, Merriweather post pavilion sería otro álbum: hablamos del Roland SP-404A. Así lo explica un miembro de los Collective, Brian Weitz: “El SP404 fue lo que empezamos a usar, simplemente porque era lo que nos podíamos permitir y el más sencillo posible. Con el tiempo, se ha convertido en un instrumento que conocemos muy bien. Es muy intuitivo. Puedes plasmar ideas y ver el resultado en tiempo real. Supongo que habrá un momento en que lo conozcamos tan bien que necesitemos probar algo nuevo, pero, de momento, seguimos fieles al SP404”. Hablamos de un sampler diseñado para tocar en directo, que se suele complementar con la Roland AIRA TR-8, posibilitando un equilibrio perfecto entre sampling y percusión. El SP-404A recupera todas las funciones y características del clásico SP-404SX, como el sampleo lineal de 16 bits, los 29 efectos DSP integrados, la conmutación de FX y los 12 pads de interpretación profesional. También incluye una SD con una librería actualizada de loopmasters.
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Mmmm, creo que me interesa, cuéntame más…
Justo iba a darte alternativas. En cuanto a samplers en un espectro parecido de precio y posibilidades, encontramos varias opciones.
El Pioneer Toraiz SP-16 , por ejemplo. Se trata de un sampler y secuenciador por pasos diseñado mano a mano entre Pioneer y Dave Smith. De esta compañía, se incorporan los filtros analógicos del Profeta-6, lo que aporta un irresistible acento analógico.
Por un precio similar al SP404-A, encontramos un modelo de Korg, el Korg Electribe Sampler Red, un sampler apreciado por su funcionalidad, versatilidad y funcionamiento intuitivo. Cuenta con una capacidad de almacenamiento de hasta 250 patrones, tres tipos de filtro, 72 tipos de modulaciones, 38 efectos Insert, 32 Master o un secuenciador por pasos (64 pasos).
Otras alternativas interesantes son el Korg Volca Sample, el Akai MPC Live, el Akai MPX16 o el Teenage Engineering PO-33 K.O.
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Bien, todo apuntado, ¿más cosas?
Claro, aún queda. Pero, antes de seguir, prestemos atención a unas palabras de Ben H. Allen, el productor de Merriweather Post Pavilion: “Si hay algo del equipo que nos inmiscuyó a todos y que, en cierto modo, determinó el sonido del álbum, es el Eventide H3000 Ultra-Harmonizer, un descubrimiento para Animal Collective. Estaban enamorados del H3000. Les enseñé sus posibilidades y empezaron a suceder cosas. A veces, con el piano o con instrumentos acústicos, metíamos la señal a través del H3000 y creábamos algo”. Se hace inevitable, por tanto, hablar de este H3000.
El H3000 es un mítico harmonizer que fue designado en su momento como la consola de efectos más rompedora que jamás se había creado. En la actualidad, Eventvride dispone de un plugin de efectos que recupera gran parte de los tan celebrados sonidos del H300. Se trata del Eventide H3000 Factory. De entre sus características, destacan los bloques de efectos disponibles (delays, moduladores de amplitud, seguidores de envolvente, pitch shifters, filtros y LFO’s), los filtros de paso de banda seleccionable y paso bajo con Q variable, la función Generador, que ofrece 19 formas de onda, un generador de ruido rosa, control MIDI o entrada de sidechain.
Waves es una de las compañías más reputadas en lo que a plugins de efectos se refiere. En su catálogo podemos encontrar joyas como el Horizon, un paquete que simula sonidos analógicos. De él destacan la calidez y calidad de sus efectos de reverb y compresión. Se le suele nombrar como el paquete ideal si se quiere invertir en plugins de marcado corte analógico. Sí, por contradictorio que suene. Otra opción que ofrece Waves, por un precio mucho más módico, es el Gold.
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Otro plugin de efectos reseñable es el FabFilter Mixing Bundle. Se aprecia de él su fidelidad de sonido. Contiene siete plugins: Pro-R (reverberación algorítmica),Pro-Q (ecualizador de 24 bandas) ,Pro-C 2 (compresor polivalente de banda ancha), Pro-DS (De-Esser), Pro-G (Expander/Gate), Saturn (Distorsión/saturación multibanda) y Timeless2 (tape/delay).
Terminaremos este apartado con dos modelos de Antares. El primero de ellos, el de la foto que tienes aquí arriba, es el Antares Auto-Tune Pro, un plugin especializado en la corrección de tono. Permite la corrección del tono natural y del vibrato en tiempo real, así como el control MIDI de movimiento real y de tonos, el modelado de garganta, la corrección de tiempo y manipulación. Todo ello, con una interfaz muy utilitaria, permitiendo un modo automático y otro mucho más intervencionista.
Otro plugin interesantísimo es el Antares Harmony Engine Evo, también centrado en el tratamiento de la voz. Permite modificar la forma de la voz, el carácter, el vibrato y el volumen. También, a través de sus cinco canales de coro, permite enriquecer la toma y hacerla más cálida.
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Bueno, ahora sí que estaríamos listos, ¿no?
Casi, pero todavía no. Hablábamos al principio de cómo la banda se propuso recuperar ciertas sonoridades sesenteras y aplicarles un tamiz contemporáneo. Para ello, claro, además de plugins de corte retro y samplers, utilizaron un micrófono que no fue otra cosa que un pequeño guiño. Un homenaje. Así lo cuenta Ben H. Allen, que asegura que grabó las voces con un Neumann U47 para recuperar la atmósfera y las melodías que sobrevolaban el Pet Sounds de los Beach Boys. El Neumann U47 es un legendario micrófono de condensador con altos niveles de presión sonora. El patrón polar Cardioide proporciona una excelente resistencia de retroalimentación, por lo que la calidad técnica de la toma está asegurada. Además, su filtro de corte bajo suprime los posibles ruidos que se puedan colar.
Conclusión
Lo solemos decir en estos artículos, que suelen estar centrados en la parte técnica y tecnológica de la música: sin canciones, no hay nada. En el caso que nos ocupa, sin un concepto, sin una idea, sin algo que decir, no hay nada. No valen ni todos los plugins ni todos los samplers del mundo. Animal Collective lo han tenido claro siempre (su discografía anterior a Merriweather es intachable), y en este disco llevaron esa idea a un punto superior. La idea de reclamar como suya la herencia del pop perfecto de Beach Boys e intentar contar esa misma historia con herramientas del siglo XXI es, sencillamente, sublime. Solo por la ambición ya habría que aplaudirles. Por si fuera poco, la jugada les salió bien. Este artículo es una prueba: diez años después de su publicación, seguimos hablando de Merriweather Post Pavilion, intentando desentrañar por qué ese álbum –que ha ejercido una gran influencia en cómo la tradición y la vanguardia se mezclan- sigue vigente, por qué suena como suena. Así que algo hicieron bien.
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