Compilación
Una de las primeras tareas en el Mastering es evaluar. Si pretendéis realizar la mezcla de vuestro propio material, debéis intentar recoger las opiniones de otras personas. Porque la capacidad de juzgar se va mermando cuando se lleva varios días seguidos embutido en las tareas de mezcla y masterización, y con ello se aporta una escucha fresca al trabajo. En el Mastering a menudo se evalúa menos artísticamente que técnicamente, es decir, en la búsqueda de posible fallos, determinadas carencias, chasquidos, ruidos de tensión eléctrica, distorsiones indeseadas, plosivas, fuentes Phantom no centrales y otros problemas. De modo que lo que no se deja reparar termina en su mayoría en el contenedor.
Cuando os decidís a componer un álbum, el orden de las actuaciones es importante. ¿Cómo va a ser la argumentación expresiva de la obra?, ¿que espacios de tiempo separarán sus pausas?, ¿qué efecto produce una canción en una escala tonal concreta tras la anterior? ¿Como se igualan los picos de nivel y volúmenes entre ellos? Os daréis cuenta de que en esta fase se hace necesaria la composición de una gran lista de procedimientos. La cosa se complica con el sampleo de diferentes artistas o en canciones con muy diferentes instrumentaciones y mezclas.
